Un día, un momento

Un día, un momento
María, la autora

jueves, 23 de marzo de 2017

JUAN PABLO VÍCTIMA DE LA DICTADURA..AÚN!

Eran los días del miedo en las calles. Era buscar un escudo protector para pasar inadvertido a los ojos en todas partes de los militares y los policías de civil.Que, ante cualquier rasgo de actitud, vestimenta, manera de caminar, "detectaban" a los "subersivos". Yo había aprendido muchos trucos para circular(un libro en la mano, anteojos falsos, cara de Sra común), pero un día no sirvieron de mucho. Y caí con mi hijo en la panza.Caí con miedo y al mismo tiempo, con resignación ante un destino que sabía llegaría, inexorable.Pasé dos meses. Es lo que, recuerdo. Puede haber sido más, menos, yo...me extravié totalmente en laberintos mentales. Una tarde, insólitamente(para mí) estaba en mi cama, mi hijo de 8 años y David estaban conmigo. Mi panza había crecido. Más, mi mente se extraviaba, y tenía terror que se hizo patológico, a poner un pie fuera de esa cama.Le decía a mi nene : " no puedo, si me levanto, me muero". Y Juan Pablo latía adentro mío. Pasó más tiempo. Yo ya no podía calcular nada real. Había un Dr que venía a verme, vaya a saber qué hizo David para convencerlo! Más, una noche, me dijo que, si no me levantaba, con él, no contara más. Quedamos mi hijo y yo. Y Juan Pablo. Quieto adentro de una madre sin el motor que enciende la vida.Y, de golpe, una cortina cayó.Y , pude ver. La realidad. Con ayuda de mi nene y muy débil fuí levantándome hasta salir de ese círculo de niebla adonde me condujo el terror. Y, volví. Quizás, del país de la muerte. Y estuve bien. Pero, Juan Pablo?Un 20 de febrero nació, de un envión y sin llorar. Con los ojos bien abiertos. Y ahí empezó otra historia, mejor dicho, la continuación de la otra. Y yo vi. Vi a ese bebé hermoso, pero, impasible. Al que le molestaba el contacto con las personas. Incluída, yo. A ese niñito cuya mirada se fijaba en un punto de no sé dónde. Que dejaba caer los brazos, sin aferrarse cuando(en contra de su voluntad) lo cargaban en brazos.Después vino la parte de buscar ayuda y no conseguirla. Mi hijo mayor, nene aún, me ayudaba. A los 3 años de Juan Pablo, mi marido logró anotarlo en la obra social. porque David era militar. Solo que él no estuvo en esa dictadura. Porque se había retirado mucho antes. Mientras, Roberto, mis vecinos, la perra Canela y yo, hacíamos de terapeutas. Depués vinieron los tratamientos. La no admisión en ninguna escuela. Ni siquiera en la especial. Después...vino toda una vida de lucha. Y NO LO LOGRÉ. PERDÓN JUAN PABLO. PERDÓN POR HABER ESTADO ALLÍ CONMIGO, SINTIENDO QUE EL TORBELLINO DE MI SANGRE TE ENVOLVÍA. AHÍ ENTRASTE AL LABERINTO. Y NO HE PODIDO SER TU TESEO.

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